Blogia
.

Confiar sin motivo

Confiar sin motivo


La Real volvió a perder, esta vez en Getafe tras saber remontar un gol de penalti injusto y haciendo un partido de bajísima calidad en todas las facetas ante un rival que no demostró apenas nada en toda la tarde.
IÑAKI IZQUIERDO;dV
O las aguas de La Manga del Mar Menor tienen propiedades milagrosas o la Real se va directa a Segunda División. ¿Para qué disimular más? ¿Para qué dar cuerda a esperanzas infundadas? ¿Para qué seguir haciendo actos de fe disparatados? ¿Para qué creer en lo que no son más que ilusiones? ¿Para qué?

Pues aún así, hay que creer. Para hacer afirmaciones de este tipo convendría tener algún argumento, pero de eso ya no le queda a la Real. No tiene nada. No tiene juego, no tiene fuerza, no tiene velocidad y tampoco tiene ambición. No al menos la suficiente como para competir ante rivales de cierto nivel. Ni siquiera para derrotar a adversarios de escasa categoría, como el Getafe de ayer. Ni eso tiene ya esta Real.

Pero hay que creer. ¿Por qué? Porque es la Real. Hay que creer porque hay que creer y punto. La situación del equipo es dramática, a tres puntos de la salvación, con todos los averages perdidos y con ocho partidos por delante. Además, la permanencia se ha encarecido de forma muy importante en las últimas semanas y ya es más que probable que 40 puntos no servirán para seguir en Primera, no al menos a la Real, que desciende en casi todos los casos de empate a puntos.

El partido que hizo ayer la Real fue absolutamente impresentable, con el naufragio absoluto de todos los realistas salvo Mark González, que además debería ser el menos comprometido de la plantilla sabiendo como sabe que dentro de un par de meses estará en el Liverpool, rodeado de estrellas y con perspectivas de éxito ciertas. ¿Qué piensan de la situación el resto de los realistas que jugaron ayer? ¿Los que se quedan o aspiran a ello?

¿Que autoriza a Álvaro Novo a hacer el partido que hizo? ¿Quién es Skoubo realmente? ¿Qué piensan de la vida los de casa? ¿A qué juega Nihat? ¿Cuál es la diferencia entre el partido que hizo ayer la Real y un amistoso indecente de agosto? ¿Hay alguien que aún no sabe lo que está en juego? ¿Y entonces? ¿Qué piensan de la situación los directivos que se sentaban ayer en el palco? ¿Tampoco tienen nada que ver con esto? Porque aquí, de un tiempo a esta parte, parece que nadie sabe nada, que las culpas son de otros y que en caso de desastre ya habrá a quien endosarle la responsabilidad.

Pues no es así. La responsabilidad tiene nombres y apellidos: Riesgo, Rekarte, Viáfara, Ansotegi, Labaka, Garrido, Novo, Mikel Alonso, Mark González, Nihat y Skoubo, que estaban en el campo. Alberto, Stevanovic, Garitano, Uranga, Gabilondo, Cifuentes y Prieto, que estaban en el banquillo. Bakero, que estaba en la banda. Los no convocados. Fuentes, De la Peña, Alaba, Salegi, Leunda, Zamora, Galarraga, Ansoalde, Ucín, Alkorta, Martínez, Olaizola y Laskibar, que se sentaban en el palco o estaban en su casa. ¿Alguien más? Quizá, pero nadie fuera de esa lista puede hacer algo hoy y ahora para que la Real se salve y la Real tiene que hacer algo ya, por eso recae en ellos la mayor cuota de responsabilidad, por no decir toda.

Una cosa es no firmar una buena temporada y arrastrar viejos déficits, pero hacer lo que hizo ayer el equipo sólo es responsabilidad de los que están, esencialmente en el campo. Porque los que ayer estaban en el campo pueden jugar mil veces mejor. Todos los aficionados realistas lo han visto con sus propios ojos, y no hace cien años. Si pueden hacerlo es justo que se les exija. Y es que, además, nadie exige maravillas. La gente sólo pide que salven al equipo, y para salvar la categoría no hace falta jugar bien, ni siquiera decentemente. Basta con no jugar de forma horrible, como quedó claro ayer en Getafe, donde cualquier equipo más o menos metido en faena habría sacado un resultado positivo. Ni que decir tiene que un equipo que jugase un poquito al fútbol habría ganado con relativa comodidad, como demostró la propia Real empatando el encuentro al filo del descanso.

Ayer, de nuevo, la Real sufrió un arbitraje cercano a la prevaricación, pero no sirve. Aún así debió puntuar. El penalti no fue y la falta previa al segundo gol local no existió. Aún así, la Real debió puntuar. ¿Qué pensaban Novo, Alonso, Skoubo, Nihat y compañía al respecto?

A partir de hoy, la obligación de todos los realistas es mantener la esperanza y creer en la salvación. ¿Por qué? Porque sí. El que necesite explicaciones, que se borre porque no las hay. Nada justifica la esperanza, pero hay que confiar ciegamente en este equipo, un grupo capaz de solventar la situación a nada que se acerque a su nivel medio. Nada de soñar con que cada uno dé lo mejor de sí; para la salvación basta con que cada realista no dé su peor cara domingo tras domingo. Sólo con eso basta. Confiar en que eso sea posible no parece un exceso.

Quedan ocho partidos y la Real necesita ganar cuatro para salvarse. De nada vale mirar hacia atrás. Si la Real le gana el sábado al Málaga faltarán tres; si le gana al Real Madrid, dos; si no le gana tres, pero si derrota al Racing volverán a faltar dos... Y así hasta el final. Esta guerra es penosa pero es así y si se sobrevive, aunque sea con el barro hasta el cuello, mañana volverá a ser de día. ¿Que es un argumento lamentable? Pues sí, pero es difícil imaginar uno mejor.

2 comentarios

hernatxi -

Reproduzco un parrafo del artrículo de Enrique Marín en AS. Casi siempre atinado:
\\\'lo de irse cuatro días a La Manga me parece una huida hacia adelante. Ojalá el stage surta el efecto buscado, aunque quizás lo más idóneo hubiera sido entrenar el lunes en Hondarribia, el martes en Bergara, el miércoles en Beasain, el jueves en Mutriku y el viernes darse un largo paseo por La Concha. De este modo, los jugadores percibirían mucho mejor lo que representa la Real para San Sebastián y para toda Guipúzcoa. Y es que una cosa es que la Real tenga el equipo que tiene -por lo que están demostrando sus componentes, sin fútbol y sin carácter- y otra que sus jugadores no suden y honren la camiseta. Aunque, quién sabe, igual lo mejor para la Real es hundirse definitivamente y que floten sólo quienes hace tiempo que sobran. De algo valdría por lo menos tanto sufrimiento\\\'.
A ver si nos sorprenden, desde el Sábado. no más tarde

julián -

Párrafo del comentario-crónica del partido(??) de Getafe:
\'A la Real, a tres puntos de la salvación y a 12 del Getafe, le quedan ocho balas en la recámara. Aunque, vista su falta de juego, los nubarrones que se otean en el horizonte no presagian nada bueno\'.
Por si alguién de casa no lo ve, lo mejor es leer a los ajenos. ¿Don Miguel Echarri donde estás?