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Un paso casi definitivo

Un paso casi definitivo

La Real pretende esta tarde una victoria sobre el Villarreal que le catapulte hacia la permanencia Bakero podría alinear a Alonso para reforzar el centro del campo.
El equipo pide máximo rigor pese a que el Villarreal allana el camino prescindiendo de casi todas sus estrellas.

En la lucha por la permanencia dos son las cuestiones capitales a no perder de vista. La primera, fundamental, nunca perder los nervios, por nefasta que parezca la situación. Cualquier escenario, por límite que se asemeje a los ojos, es invertible con un par de resultados y la paciencia y saber esperar el momento es una virtud esencial en esta guerra en la que siempre pierde el más débil. La Real, aunque estuvo a un paso de arrojar la toalla, supo esperar su momento para encomendarse a la segunda premisa vital en este tipo de momentos.

Una vez que uno agarra la ola buena, conviene no soltarla, amarrar el mayor número de puntos consecutivos posibles y tratar de solucionar sus problemas con el infierno cuanto antes porque la buena onda puede marcharse en cualquier momento y, quién sabe, no regresar jamás. Después de tres jornadas consecutivas puntuando, la Real no quiere descender del tren de la esperanza en el que parece haberse montado a tiempo. Persigue hoy en Villarreal una tercera victoria en cuatro semanas que le permitiría rozar con la yema de los dedos la permanencia, ya que si gana hoy en El Madrigal quedaría a expensas de sumar un triunfo más en los últimos cuatro partidos.

El grupo apela al máximo rigor y a la concentración total para no descarrilar ahora que parece haberse dado con el ideario que ha dotado al colectivo de la eficacia necesaria para competir, algo que se le había negado durante muchas fases de la competición, especialmente en los últimos meses. La Real, ahora, al menos, compite y eso es mucho, tanto como recuperar la consciencia de sentirse un equipo de Primera.

Las bases de esa competitividad se han establecido en el máximo compromiso colectivo, en la concentración absoluta para ocupar bien el campo y elegir con corrección en cada fase del partido y el acierto necesario en cada momento de los encuentros. Perder esas tres virtudes esenciales abocarían al descalabro a una Real que quiere evitar la tendencia que la mayoría de equipos suelen tener hacia el abandono táctico, hacia cierto libertinaje, cuando la soga de la necesidad empieza a aflojar un poco sus cuellos.

La tentación de ceder un poco en la intensidad y caer en cierta relajación podría ser mayor al observar que el Villarreal parece allanar bastante el camino hacia la victoria de la Real, con una convocatoria que tiene la mente únicamente en el Arsenal. Pellegrini dijo querer derrotar a los txuri urdin pero prescindió, en algunos casos obligadamente, de Quique Álvarez, Tacchinardi, Josico, José Mari, Peña, Gonzalo, Riquelme, Sorín, Arruabarrena y Senna. No menos de ocho de ellos forman parte de su ’once’ ideal por lo que es obvio que la Real no hallará la mayor oposición que podrían ponerle. Salir al campo confiando en eso, en cualquier caso, será el principio del fin.

Así, el Villarreal, que habitualmente no propone ni lleva la iniciativa y vive de provocar el fallo rival, hoy se agazapará más que nunca. La Real deberá ser inteligente, no facilitar ese juego y sí aprovechar que el ’submarino’ saltará al campo sin ninguna de sus referencias en su juego lo que debe provocarle las grietas que habitualmente no tiene su juego.

MD

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