Carta abierta al descenso

Tengo una dicotomía difícil de superar. Mi corazón palpita incesantemente repitiéndome a mi y a todo el mundo que no , la real no puede bajar. Por historia, por orgullo, por mi amor al club, por todos eso seguidores fieles (pocos la verdad) que sufrimos cada derrota como si uno mismo fuera a desaparecer.

Por otro lado esta, como bien dice el nombre de nuestro querido club, la REALidad.
Y esa no es otra que un equipo triste, carente de reacción, falto de coraje, orgullo, impropio del club al que representa. Y no es sino paradójico, que esto ocurra con el equipo que más canteranos ha albergado en muchos años. Pero esto es lo que se ve, mejor dicho, nos asusta a todos aunque no queramos mirar.

El próximo fin de semana, otro partido en anoeta al que todos tememos, pero tenemos que ir a animar . Aunque solo seamos 20000 gargantas, o peor aún ni 5000 que no paramos de animar, hemos de ir por sentimiento, por orgullo, a ver si a nuestros jugadores algo se les puede pegar.