Un pasito más cerca de la ACB
El Bruesa GBC, sin Doblas, se pone con ventaja en la eliminatoria y recupera el factor campo a favor. Terminó por superar el León con los hombres menos habituales.
La ACB estaba a tres partidos y ahora se pone a dos tras la épica victoria protagonizada ayer por el Bruesa GBC en León, que le otorga ya la posibilidad de depender de lo que haga en casa.
El choque se planteó como una pelea en el barro. Muchos golpes, hombres que se encaran con manotazos innecesarios o piques entre los hombres interiores. Pero al Bruesa GBC también le va el barro, y una vez planteado el choque como bronco, el equipo de Fisac se puso las pilas. Especialista en darle temperatura al partido, cada vez más asentado en su función de microondas, Lewis llevó al mando del Bruesa GBC.
Pareció encarrilar bien el partido desde el primer minuto. Dos rentas de cuatro puntos permitieron colocarse por delante (6-10) con una imagen de concentración muy prometedora, bien llevado por un inspirado Smith al que nadie podía parar. Y es que cuando los astros se alinean, partiendo de la base de hacer bien las cosas encomendadas, el Bruesa GBC es un conjunto gozoso.
En el León, Barnes se erigió en el salvavidas de su equipo. Se llevó todos los rebotes que quiso, y más. El Bruesa GBC no entendía de arecoger los rebotes que despedía su aro. Así ofreció al León la posibilidad de mantenerse en el marcador. Con 12-15 Bulfoni se encargó de ofrecer las primeras ventajas para su equipo. De una tacada se marcó tres triples seguidos en otras tantas posesiones que situaron a los locales con la primera ventaja (21-17). El Bruesa GBC seguía sin rebote y Porfirio Fisac mantenía a Doblas en el banco. ¿Lesionado? Gripe. Se supo al concluir el choque.
El Léon cose a triples
En esto arrancó el segundo cuarto, empatando el Bruesa GBC en la primera oportunidad que tuvo (26-26). Gustavo Aranzana había sentado las bases sobre las que sustentar la hipotética victoria y la prioridad pasaba por defender fuerte y tratar de imponer su ritmo. Fue eso precisamente lo que hizo el equipo local, en una manifestación clara de presión del público y del punto en juego superó en algunas fases su pretendida serenidad. Sabía que cualquier conato de victoria pasaba por revolucionar el partido, defender, leer con claridad, incluso entre líneas, todo ello aderezado con una entrega del doscientos por ciento. La receta era la correcta porque el Bruesa GBC la digerió de mala manera. Ambos se vieron envueltos en un combate en distancias cortas y sintieron el desplome cada vez que el rival acertaba su hígado.
Parecía que el Bruesa GBC había limitado las pérdidas, que se jugaba con mayor sentido de equipo. Y ahí surgieron los tiradores del León. Anotaron desde fuera casi todo lo que intentaron. Así hasta cinco triples que llevaron el marcador hasta un inquietante 46-37, la máxima del partido. Fisac llamó a los suyos. Problema resuelto. Un parcial de 0-5, y su homólogo repite la jugada, estirando hasta un 46-41, la misma desventaja con la que se llegó al descanso. Todo esto sin Uriz, Smith y Doblas. Fisac jugó al escondite. Por despistar tuvo en pista a Méndez casi seis minutos.
Esa ligera penumbra cesó en el siguiente periodo. Lewis se encargó de mostrar la senda de la réplica. Aunque chocó de inicio con un colosal Barnes nunca se rindió. Diez en actitud. Ese plus de ánimo, respaldado por Estaban Martínez, levantó el Bruesa GBC, que ya sí jugó con velocidad.
Lo mejor estaba por llegar. El León se embotelló. Tardó una eternidad en acertar y el Bruesa GBC se vació atrás. El sueño comenzaba a tomar forma. Empate a 60-60 (m.27). Cada intento de mover ficha era respondido con una cornada. En un golpe seco puso un 71-75 sin avisar. Así Uriz sentenció desde la línea de tiros libres. Algarabía absoluta.
FUENTE:DV
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